Su historia está llena de desencuentros con la industria musical lo que
le ha llevado a ejercer un control absoluto sobre sus trabajos, convirtiéndose
en un productor reputadísimo.
Tras
dos primeros trabajos con los que no quedó satisfecho,
Talk of Heaven y Murder of Crows, Joe editó
Shuffletown, un álbum de
concepción acústica en el
que encontramos las directrices que le han acompañado a lo
largo de su extensa carrera.
Short Man´s Room y
Kindness of the World le llevaron a profundizar en la música de raíces, el
country y el folk. Grabados con The Jayhawks como banda de acompañamiento, ambos trabajos recibieron excelentes críticas por parte de la prensa especializada. Gestó más tarde Trampoline,
un álbum más orientado
hacia lo rítmico. Fuse (1999),
mezclado con la ayuda de Daniel Lanois y T-Bone Burnett, profundiza en la misma
línea.
Con
Scar dio un nuevo giro, mezclando magistralmente distintos estilos: soul, jazz,
folk, funk… Colaboran
en él reputadísimos músicos de jazz, como Brad Mehldau o el gran Ornette Coleman,
contribuyendo a que el álbum sea
considerado su primera obra maestra. Tiny Voices sigue jugando con músicos de jazz con melodías folk y
soul en sus manos. Estos últimos años se ha hecho un nombre como productor para otros artistas: desde
Aimee Mann, Ani DiFranco, hasta Elvis Costello, para el que produjo su último disco junto a Allen Toussaint, The River in Reverse. Fue
merecedor de un Grammy como mejor productor por Don´t Give Up On Me, el disco que supuso el renacimiento de Solomon
Burke.
Civilians grabado en 2007, un trabajo que abarca todo lo que ha
aprendido a lo largo de su carrera, una obra de la que muchos críticos ya han dicho que se convertirá en un clásico. El último trabajo de Henry es “Blood from
Stars”.
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