Presenta el disco American Standard con cuatro directos en España.
Cuando arranca su voz, es como si Dayna Kurtz
estuviera siguiendo un cortejo fúnebre en las calles de Nueva Orleans. American
Standard, el nu evo disco de la cantante y compositora estadounidense,
empieza con una oración "Mamma, Let Me Come Home", ruega en el tema Invocation
y se convierte en un homenaje al mejor sonido sureño, entre rockabilly y soul. Hacía tres años que no se habían escuchado
nuevos temas de Kurtz.
Desde que publicó Another Black Feather en 2006 y dejó los escenarios hace año y medio,
Kurtz se centró en la escritura. "Me aceptaron en un máster de poesía en Nueva York", explica la
cantante en una conversación telefónica. Le cuesta citar a su poeta favorito, aunque tiene claro que escribir
poemas fue fundamental para las canciones. "Los poemas son pequeños momentos, son como ventanas que abres sobre algo
bello. Esa es la idea que seguí para escribir
y componer mis nuevos temas", asegura.
Porque, a pesar de la aparente oración de Invocation,
American Standard "no tiene nada religioso". La voz de Kurtz
llena de blues, recuerda a Nina Simone y a Joni Mitchel refleja el ambiente que
se vive en las calles de Mississipi, como en la canción Election Day,
"inspirada en músicos callejeros que contratan para los funerales".
"No soy de los músicos que tienen
cosas que decir al mundo", insiste, aunque en sus canciones la tristeza se
mezcla con la alegría.
Acostumbrada a
subir sola en los escenarios, con su guitarra y su acordeón, Dayna Kurtz toca ahora con la banda de rock Blue
Mountain. Su sonido se aproxima al de Leonard Cohen, que la hizo llorar durante
un concierto: “Él es mi poeta favorito".
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